Esta mañana he tenido el placer de participar en una tertulia sobre musicales del programa radiofónico 'El Matí de Barcelona' de Betevé junto a Mone Teruel (protagonista de musicales como COMPANY, BOSCOS ENDINS, MAMMA MIA!, LA BELLA Y LA BESTIA o MARRY ME A LITTLE), David Pintó (director, adaptador de letras y asistente de dirección de musicales como SCARAMOUCHE o CABARET), Andreu Rami (fundador de TeatreBarcelona.com y actor en AUTÓNOMOS EL MUSICAL) y Carla Pueyo (ex-alumna de la escuela Eòlia que formó parte del reparto del nuevo musical UNA HABITACIÓ BUIDA).
La presentadora nos planteaba las siguientes preguntas ¿Es Barcelona una ciudad de musicales? ¿Cuál es el secreto de su éxito? ¿Son los musicales las grandes estrellas de su cartelera?
En primer lugar, antes de entrar en el tema, me parece muy importante que un programa diario de actualidad de radio y/o televisión dedique una hora a hablar de musicales y debatir sobre ellos. En segundo, confieso que me apasiona la radio y me encanta participar en este tipo de programas. De hecho, empecé mi andadura por este mundo haciendo un programa teatral en Sants-Montjuïc Ràdio hace más de 20 años. Así que aprovecho este espacio tan personal para ofrecerme para cualquier tipo de colaboración en radio. ;)
Tras la interesante tertulia que hemos mantenido - y que podéis ver/escuchar en este enlace: https://beteve.cat/el-mati-de-barcelona-910fm/barcelona-musicals/ - yo destacaría lo siguiente:
Considero que SÍ, Barcelona es una ciudad de musicales, pero tan sólo una pequeña parte de la gran ciudad. Hay muchos espectadores apasionados acérrimos del género que se dedican a verlo prácticamente todo y a hacer promoción sobre ello en sus redes; hay cada vez más gente joven con un enorme talento, tremendamente preparados, y con ganas de hacer cosas; hay un número importante de profesionales que lleva años preparando el terreno para que los frutos se vayan recogiendo. Pero yo diría que es una pequeña burbuja dentro de la que muchos flotamos que crece muy, pero que muy lentamente.
Nuestra pequeña burbuja de musicales en Barcelona nos puede hacer relativamente felices pero, debemos ser conscientes que esa burbuja se ha creado a base de muchísima pasión, muchísimo esfuerzo y, también, grandes dosis de frustración y gritos al vacío sin respuesta.
Sí, es cierto, hay musicales como LA JAULA DE LAS LOCAS o MAREMAR que han reventado la taquilla. Espectáculos bien hechos, con grandes ganchos que atraen al público. Pero hay otros que han originado grandes pérdidas de dinero, aún siendo excepcionales.
Quizás debemos resignarnos y aceptar que Barcelona no tiene público para tanta oferta teatral. O, la que creo que es mejor opción, debemos seguir haciendo el trabajo de las pequeñas hormiguitas y seguir creando nuevo público poco a poco. Debemos continuar hablando de musicales, tenemos que recomendar a nuestros amigos aquellos espectáculos que sabemos seguro que les encantarán. Roma no se hizo en un día!
Ayer, casualmente me encontré por la calle con Lucy Lummis, que ahora está viviendo en Madrid trabajando con los niños de EL REY LEÓN. Comentábamos (cómo no) la diferencia entre el público de Madrid y el de Barcelona. No tan sólo es un tema de idioma, es un tema de riesgo y de confianza. El espectador de Madrid ya ha tomado como costumbre ir a ver cualquiera de los musicales que se representan en los teatros de la Gran Vía, asumiendo que si están allí, deben ser buenos. En Barcelona somos más recelosos. No nos fiamos aún. Además, me comentaba Lucy cómo se sorprendía al escuchar frecuentemente en el autobús a personas manteniendo conversaciones sobre qué musical irán a ver. Madrid ha conseguido integrar el musical en la vida de sus ciudadanos y, aún más, en la de muchas personas de todo el país. Barcelona no. Y repito que dudo que sea simplemente una cuestión de idioma, porque muchos espectáculos que se han hecho en castellano tampoco han logrado cuajar en la Ciudad Condal.
En nuestra pequeña burbuja de Barcelona también hay muchos profesionales con ganas de hacer musicales, que deciden apostar ciegamente por ello y producirse sus propios espectáculos. Es el caso de Ferran Guiu con CARRIE, TICK TICK BOOM o DIES NORMALS; Joan Vázquez y cía con PAQUITO FOREVER y CIUTAT DE GESPA; Pau Doz con SUGAR; la compañía La Barni; Gataro; o Marc Flynn, Ruben Yuste y cia con EL DESPERTAR DE LA PRIMAVERA. Estas pequeñas producciones requieren una inversión que difícilmente se recupera y, además, normalmente todos los profesiones que trabajan en ellas no cobran el sueldo que deberían.
También están las escuelas de teatro musical, como Aules o Eòlia, que producen sus propios nuevos musicales de creación -la Trilogía del Amor en el caso de Aules y UNA HABITACIÓ BUIDA en el de Eòlia- y pueden permitirse la inversión, asumiendo la pérdida, porque cuentan con el cojín económico que les ofrece la escuela en sí.
Pero la burbuja debe crecer, debe expandirse, debe dejar de ser una burbuja y pasar a formar parte del día a día de la ciudad y de sus ciudadanos. Para ello hay que seguir cultivando la cultura del musical y seguir rompiendo esquemas y prejuicios.
Los medios deben seguir hablando de musicales, normalizándolos e integrándolos.
Y, algo básico también, las administraciones deben apoyar la nueva creación y a las compañías del género que llevan años trabajando sin ayudas. No sé cómo, pero es urgente que lo hagan.
Concluyo este artículo con un momento único vivido la semana pasada: la reunión de los elencos de 1999 y del 2019 de RENT en el ONYRIC Teatre Condal, donde pudimos presenciar al magnífico Miquel Fernández interpretar nuevamente este "I'll Cover You" en homenaje a Jano Fuentes. Ése día, muchos de los habitantes de nuestra particular burbuja fuimos tremendamente felices.
La presentadora nos planteaba las siguientes preguntas ¿Es Barcelona una ciudad de musicales? ¿Cuál es el secreto de su éxito? ¿Son los musicales las grandes estrellas de su cartelera?
En primer lugar, antes de entrar en el tema, me parece muy importante que un programa diario de actualidad de radio y/o televisión dedique una hora a hablar de musicales y debatir sobre ellos. En segundo, confieso que me apasiona la radio y me encanta participar en este tipo de programas. De hecho, empecé mi andadura por este mundo haciendo un programa teatral en Sants-Montjuïc Ràdio hace más de 20 años. Así que aprovecho este espacio tan personal para ofrecerme para cualquier tipo de colaboración en radio. ;)
Tras la interesante tertulia que hemos mantenido - y que podéis ver/escuchar en este enlace: https://beteve.cat/el-mati-de-barcelona-910fm/barcelona-musicals/ - yo destacaría lo siguiente:
Considero que SÍ, Barcelona es una ciudad de musicales, pero tan sólo una pequeña parte de la gran ciudad. Hay muchos espectadores apasionados acérrimos del género que se dedican a verlo prácticamente todo y a hacer promoción sobre ello en sus redes; hay cada vez más gente joven con un enorme talento, tremendamente preparados, y con ganas de hacer cosas; hay un número importante de profesionales que lleva años preparando el terreno para que los frutos se vayan recogiendo. Pero yo diría que es una pequeña burbuja dentro de la que muchos flotamos que crece muy, pero que muy lentamente.
Nuestra pequeña burbuja de musicales en Barcelona nos puede hacer relativamente felices pero, debemos ser conscientes que esa burbuja se ha creado a base de muchísima pasión, muchísimo esfuerzo y, también, grandes dosis de frustración y gritos al vacío sin respuesta.
Sí, es cierto, hay musicales como LA JAULA DE LAS LOCAS o MAREMAR que han reventado la taquilla. Espectáculos bien hechos, con grandes ganchos que atraen al público. Pero hay otros que han originado grandes pérdidas de dinero, aún siendo excepcionales.
Quizás debemos resignarnos y aceptar que Barcelona no tiene público para tanta oferta teatral. O, la que creo que es mejor opción, debemos seguir haciendo el trabajo de las pequeñas hormiguitas y seguir creando nuevo público poco a poco. Debemos continuar hablando de musicales, tenemos que recomendar a nuestros amigos aquellos espectáculos que sabemos seguro que les encantarán. Roma no se hizo en un día!
Ayer, casualmente me encontré por la calle con Lucy Lummis, que ahora está viviendo en Madrid trabajando con los niños de EL REY LEÓN. Comentábamos (cómo no) la diferencia entre el público de Madrid y el de Barcelona. No tan sólo es un tema de idioma, es un tema de riesgo y de confianza. El espectador de Madrid ya ha tomado como costumbre ir a ver cualquiera de los musicales que se representan en los teatros de la Gran Vía, asumiendo que si están allí, deben ser buenos. En Barcelona somos más recelosos. No nos fiamos aún. Además, me comentaba Lucy cómo se sorprendía al escuchar frecuentemente en el autobús a personas manteniendo conversaciones sobre qué musical irán a ver. Madrid ha conseguido integrar el musical en la vida de sus ciudadanos y, aún más, en la de muchas personas de todo el país. Barcelona no. Y repito que dudo que sea simplemente una cuestión de idioma, porque muchos espectáculos que se han hecho en castellano tampoco han logrado cuajar en la Ciudad Condal.
En nuestra pequeña burbuja de Barcelona también hay muchos profesionales con ganas de hacer musicales, que deciden apostar ciegamente por ello y producirse sus propios espectáculos. Es el caso de Ferran Guiu con CARRIE, TICK TICK BOOM o DIES NORMALS; Joan Vázquez y cía con PAQUITO FOREVER y CIUTAT DE GESPA; Pau Doz con SUGAR; la compañía La Barni; Gataro; o Marc Flynn, Ruben Yuste y cia con EL DESPERTAR DE LA PRIMAVERA. Estas pequeñas producciones requieren una inversión que difícilmente se recupera y, además, normalmente todos los profesiones que trabajan en ellas no cobran el sueldo que deberían.
También están las escuelas de teatro musical, como Aules o Eòlia, que producen sus propios nuevos musicales de creación -la Trilogía del Amor en el caso de Aules y UNA HABITACIÓ BUIDA en el de Eòlia- y pueden permitirse la inversión, asumiendo la pérdida, porque cuentan con el cojín económico que les ofrece la escuela en sí.
Pero la burbuja debe crecer, debe expandirse, debe dejar de ser una burbuja y pasar a formar parte del día a día de la ciudad y de sus ciudadanos. Para ello hay que seguir cultivando la cultura del musical y seguir rompiendo esquemas y prejuicios.
Los medios deben seguir hablando de musicales, normalizándolos e integrándolos.
Y, algo básico también, las administraciones deben apoyar la nueva creación y a las compañías del género que llevan años trabajando sin ayudas. No sé cómo, pero es urgente que lo hagan.
Concluyo este artículo con un momento único vivido la semana pasada: la reunión de los elencos de 1999 y del 2019 de RENT en el ONYRIC Teatre Condal, donde pudimos presenciar al magnífico Miquel Fernández interpretar nuevamente este "I'll Cover You" en homenaje a Jano Fuentes. Ése día, muchos de los habitantes de nuestra particular burbuja fuimos tremendamente felices.
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