El jueves 21 de septiembre tuve el honor y el placer de asistir al pre-estreno de LA LLAMADA en los Cines Aribau de Barcelona. Contó con la asistencia de sus dos creadores y directores, "los Javis" -Javier Ambrossi y Javier Calvo-, quienes, antes del inicio de la proyección, hablaron ante el público, explicando el recorrido mágico de este proyecto que comenzó como un modesto musical de pequeño formato en Madrid que, cuatro años después de su estreno, continúa en cartel.
A su lado estaban dos de los productores del filme, José Corbacho y Enrique Lavigne, quienes afirmaron enamorarse del musical cuando lo descubrieron en Madrid, y animaron al público asistente a convertir LA LLAMADA en el estreno del año. Los otros dos productores son el mediático Jorge Javier Sánchez y el director y guionista Kike Maíllo.
Tras lo vivido el jueves os puedo asegurar que LA LLAMADA es el estreno del año. Al menos para mí y, por lo visto, diría que también para el público que llenaba los cines Aribau y que arrancaba a aplaudir después de algunas de las canciones y tras los momentos más emotivos del filme. Sí, como si estuviéramos en un teatro.
No he tenido la suerte de ver LA LLAMADA en teatro. Bien, no es cuestión de suerte, es cuestión de decisión. Hace años que no viajo a Madrid con el simple objetivo de ver teatro y, por tanto, no he visto nada de lo que se ha estrenado en las últimas temporadas. Me encantaría haberla visto, pero debo reconocer que descubrir el musical en el cine tiene su encanto.
La historia de LA LLAMADA es sencilla. Dos jóvenes amigas pasan el verano en un campamento dirigido por monjas en el que ambas vivirán experiencias que harán que sus vidas cambien para siempre. Una de ellas siente la llamada de Dios, la otra la llamada del amor.
El filme cuenta con cinco únicos protagonistas, los mismos que representaron el espectáculo en su segunda temporada en Madrid, y los que lo representaron en la Sala Barts de Barcelona en junio de 2014: Macarena García, Gracia Olayo, Belén Cuesta, Anna Castillo y Richard Collins-Moore.
Cuentan, eso sí, con el apoyo de personajes secundarios que realizan apariciones puntuales, interpretados por Maria Isabel Díaz, Secun de la Rosa y Víctor Elías, entre otros.
Pero son los cinco quienes llevan todo el peso de la película. Son sus personajes los que transportan al espectador por una montaña rusa de emociones: diversión, aversión, tristeza, alegría, compasión, pena, sufrimiento, amor, complicidad...
La química entre los intérpretes traspasa la pantalla. Llevan tiempo interpretando a esos personajes, y formando parte mútuamente de sus vidas. No he podido saber nada sobre el proceso de rodaje, pero entiendo que fue todo sobre ruedas y todo fluyó como por arte de magia, como suele suceder en este tipo de historias. No la que cuenta la película, sino la de LA LLAMADA en sí, la del proyecto, desde su creación hasta que… ya veremos! Le queda una larga vida a LA LLAMADA.
La historia de LA LLAMADA ya me tenía el corazón conquistado, pero ver la película consiguió robarlo completamente. Caí rendida ante su magia, ante sus personajes. Enamorada de las dos jóvenes protagonistas: María y Susana, y de su amistad; enamorada de la hermana Bernarda, de su absoluta devoción y de su madura inocencia; y enamorada de Milagros, de sus dudas y de sus frustraciones. Enamorada de las relaciones entre todas ellas; de sus conversaciones; y de su verdad.
LA LLAMADA es una película sencilla que habla de cosas complejas con sencillez. Hay escenas muy intensas, muy emocionales y, no olvidemos los números musicales, que ponen la guinda al pastel. LA LLAMADA es una joya.
Lo explicaban perfectamente sus protagonistas en una entrevista reciente en El País Tentaciones: “LA LLAMADA es un grito a ser feliz, a ser tú mismo. Si a ti te hace feliz algo concreto, tienes que luchar por hacerlo”, sostiene Anna. “Es un canto a la libertad, a ser honesto, a ser valiente, que a veces no es fácil. Plantearte qué te gusta, cómo eres y tomar las decisiones que tengas que tomar, sin miedo. Mejor eso que pasarte toda la vida arrepintiéndote”, desarrolla Belén. No lo podrían expresar mejor.
Como decía una amiga al acabar la película, LA LLAMADA es una de esas películas que te hace salir del cine más feliz de lo que entraste. Simplemente por eso, ya vale la pena ir a verla. Tengo claro que repetiré, porque nunca está de más que te bañen el alma de felicidad y ternura. Os animo a que vayáis y que me expliquéis qué os ha parecido la película y sus mensajes, tan profundos y a la vez divertidos como el que proclama Susana a los cuatro vientos: “lo hacemos y ya vemos”. Pues eso. Aprovechad el momento, que el mañana nunca se sabe qué traerá, y permitiros sentir LA LLAMADA.
A su lado estaban dos de los productores del filme, José Corbacho y Enrique Lavigne, quienes afirmaron enamorarse del musical cuando lo descubrieron en Madrid, y animaron al público asistente a convertir LA LLAMADA en el estreno del año. Los otros dos productores son el mediático Jorge Javier Sánchez y el director y guionista Kike Maíllo.
Tras lo vivido el jueves os puedo asegurar que LA LLAMADA es el estreno del año. Al menos para mí y, por lo visto, diría que también para el público que llenaba los cines Aribau y que arrancaba a aplaudir después de algunas de las canciones y tras los momentos más emotivos del filme. Sí, como si estuviéramos en un teatro.
No he tenido la suerte de ver LA LLAMADA en teatro. Bien, no es cuestión de suerte, es cuestión de decisión. Hace años que no viajo a Madrid con el simple objetivo de ver teatro y, por tanto, no he visto nada de lo que se ha estrenado en las últimas temporadas. Me encantaría haberla visto, pero debo reconocer que descubrir el musical en el cine tiene su encanto.
La historia de LA LLAMADA es sencilla. Dos jóvenes amigas pasan el verano en un campamento dirigido por monjas en el que ambas vivirán experiencias que harán que sus vidas cambien para siempre. Una de ellas siente la llamada de Dios, la otra la llamada del amor.
El filme cuenta con cinco únicos protagonistas, los mismos que representaron el espectáculo en su segunda temporada en Madrid, y los que lo representaron en la Sala Barts de Barcelona en junio de 2014: Macarena García, Gracia Olayo, Belén Cuesta, Anna Castillo y Richard Collins-Moore.
Cuentan, eso sí, con el apoyo de personajes secundarios que realizan apariciones puntuales, interpretados por Maria Isabel Díaz, Secun de la Rosa y Víctor Elías, entre otros.
Pero son los cinco quienes llevan todo el peso de la película. Son sus personajes los que transportan al espectador por una montaña rusa de emociones: diversión, aversión, tristeza, alegría, compasión, pena, sufrimiento, amor, complicidad...
La química entre los intérpretes traspasa la pantalla. Llevan tiempo interpretando a esos personajes, y formando parte mútuamente de sus vidas. No he podido saber nada sobre el proceso de rodaje, pero entiendo que fue todo sobre ruedas y todo fluyó como por arte de magia, como suele suceder en este tipo de historias. No la que cuenta la película, sino la de LA LLAMADA en sí, la del proyecto, desde su creación hasta que… ya veremos! Le queda una larga vida a LA LLAMADA.
La historia de LA LLAMADA ya me tenía el corazón conquistado, pero ver la película consiguió robarlo completamente. Caí rendida ante su magia, ante sus personajes. Enamorada de las dos jóvenes protagonistas: María y Susana, y de su amistad; enamorada de la hermana Bernarda, de su absoluta devoción y de su madura inocencia; y enamorada de Milagros, de sus dudas y de sus frustraciones. Enamorada de las relaciones entre todas ellas; de sus conversaciones; y de su verdad.
LA LLAMADA es una película sencilla que habla de cosas complejas con sencillez. Hay escenas muy intensas, muy emocionales y, no olvidemos los números musicales, que ponen la guinda al pastel. LA LLAMADA es una joya.
Lo explicaban perfectamente sus protagonistas en una entrevista reciente en El País Tentaciones: “LA LLAMADA es un grito a ser feliz, a ser tú mismo. Si a ti te hace feliz algo concreto, tienes que luchar por hacerlo”, sostiene Anna. “Es un canto a la libertad, a ser honesto, a ser valiente, que a veces no es fácil. Plantearte qué te gusta, cómo eres y tomar las decisiones que tengas que tomar, sin miedo. Mejor eso que pasarte toda la vida arrepintiéndote”, desarrolla Belén. No lo podrían expresar mejor.
Como decía una amiga al acabar la película, LA LLAMADA es una de esas películas que te hace salir del cine más feliz de lo que entraste. Simplemente por eso, ya vale la pena ir a verla. Tengo claro que repetiré, porque nunca está de más que te bañen el alma de felicidad y ternura. Os animo a que vayáis y que me expliquéis qué os ha parecido la película y sus mensajes, tan profundos y a la vez divertidos como el que proclama Susana a los cuatro vientos: “lo hacemos y ya vemos”. Pues eso. Aprovechad el momento, que el mañana nunca se sabe qué traerá, y permitiros sentir LA LLAMADA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario